Arrancamos a las 4 de la tarde era verano en Bariloche, asi que poco importaba eso, llovía y al costado del lago soplaba el frio viento sur.
No soy de creer en brujas ni brujerías, pero se considera conocimiento empírico aquel que se experimenta y mide los resultados. Y así fue que por experiencia anteriores, tome un salero y dibuje una cruz blanca en el piso, que en teoría abre la tormenta. No es que quiera adjudicarme el milagro, pero a los 15min salió un hermoso arcoíris.
Y así fue como en una cascada escondida en el 6km de Bustillo, a unos metros del Lago Nahuel Huapi pude ser el fotógrafo de una boda que parecía sacada de un cuento.
Nadie era de Bariloche, los novios venían de Buenos Aires (capital Argentina) a 1500km de la Patagonia. Pero allí estaban en el corazón de la cascada, con todos sus parientes observándolos en los costados del acantilado, llenos de emoción entre la vegetación del bosque.
Definitivamente una boda con esta magia solo se puede hacer al refugio de la Patagonia Argentina